¿Por qué vale la pena ir a Alma del Bosque?
- La cantidad (y calidad) de orquídeas para ver es poco común en Colombia.
- Está a solo 45 minutos del aeropuerto de Medellín (Rionegro) y el trayecto de viaje es pintoresco.
- Daniel Piedrahita y su equipo son excelentes anfitriones enfocados difundir todo su conocimiento y pasión por las orquídeas.
Desde hace algunos años tengo algunas orquídeas phalaenopsis y he aprendido algo de cómo mantenerlas sanas y floreciendo. Sin embargo, estoy lejísimos de ser experta y la verdad apenas hace muy poco me di cuenta de lo que me estaba perdiendo esta vertiente de la jardinería que tantos fanáticos tiene.
Así que decidí empezar a remediar mi ignorancia haciendo una inmersión en campo yendo a Alma del Bosque, en La Ceja, Antioquia. Es una colección de más de quince mil orquídeas de todo tipo y que es la obra de amor de Daniel Piedrahita.
Las publicaciones en Instagram de Alma del Bosque prometían una experiencia singular y decidí lanzarme a viajar hasta allá para participar en una jornada de capacitación presencial sobre Masdevallias, Cattleyas y Stanhopeas.
Taller
Llegué en carro desde el aeropuerto principal de Medellín (ubicado en Rionegro) tras manejar un poco menos de 1 hora por carreteras que pasaban por municipios como Llanogrande y La Ceja, terminando el trayecto por caminos más rurales hasta llegar a la finca San Isidro que produce y exporta hortensias a gran escala y hace parte de las empresas de Daniel Piedrahita.
Ahí me recibió el mismo Daniel y su equipo para comenzar un taller de unas 3 horas en compañía de otras personas, donde se habló de:
- Insumos e implementos
- Sustratos
- Plan de manejo integrado de orquídeas
- Cattleyas
- Masdevallias
- Stanhopeas
- Plagas
Posteriormente, nos dieron un delicioso almuerzo y culminamos la jornada pedagógica para iniciar a lo que realmente había ido hasta allá: el tour.
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La colección de orquídeas
Alma del Bosque se encuentra en la propiedad residencial de Daniel Piedrahita a pocos minutos en carro del cultivo de hortensias.
Tras caminar por su jardín, admirar sus senderos con musgo, variedades de anturios y orquídeas al aire libre llegué con mis compañeros de taller a la colección que se abrió ante nosotros tras una bella puerta.
Literalmente se entra a un mundo diferente y desconocido en su intensidad. Nunca había estado en un lugar con tantas orquídeas y me generó una emoción similar a la que siente un niño al entrar a una dulcería. Los colores, las formas de las flores, el verdor de las las hojas y el ambiente cálido me embriagaron y olvidé todo lo demás.
Nos dividieron en dos grupos y mi guía fue un especialista del cultivo, quien resultó ser un entusiasta conocedor de cada detalle de todas las especies y variedades de orquídeas. Aprendí de Laelias, Paphiopedilums, Dendrobiums, Epicattleyas híbridas, Dendrochilums, Encyclias y muchas más.
Tomé cientos de fotos y videos que parecen sacados de un libro. El lugar realmente me impresionó, no solo por la cantidad de plantas, sino por el cuidado, el nivel de mantenimiento y el entusiasmo de todos aquellos que trabajan en Alma del Bosque.
Se nota que es un ejercicio hecho a partir de la pasión que Daniel Piedrahita siente por las orquídeas. Su generosidad por difundir conocimiento alrededor de estas plantas es infeccioso y un ejemplo a seguir.
Con más de 25.000 especies de orquídeas a nivel global, claramente solo raspé la superficie visitando esta extensa colección que contiene hasta 5.000 de ellas. Sin embargo, fue un perfecto abrebocas para entusiasmarme a ensayar con nuevas especies como las Masdevallias y buscar seguir las recomendaciones aprendidas.