¿Alguna vez se ha preguntado si las plantas pueden ver? Aunque no tienen ojos, su forma de percibir y responder a la luz es impresionante y claramente tienen una visión que les permite entender y reaccionar a su entorno.
Leyendo el libro Lo que las Plantas Saben de Daniel Chamovitz, quisimos compartir lo que él tan bien describe sobre cómo las plantas interactúan con el medio ambiente. Entender cómo ven nos permitirá cuidar mejor de ellas en todo caso.
Cómo Ven las Plantas
Las plantas perciben la luz a través de fotoreceptores, que les permiten detectar no solo la presencia de luz, sino también su calidad, dirección e intensidad.
Este proceso es vital para su orientación y desarrollo, afectando desde su germinación hasta el momento de florecer.
«Las plantas ven la misma luz ultravioleta que nos produce quemaduras solares y la luz infrarroja que nos calienta. Las plantas pueden saber cuando hay muy poca luz, como la de una vela, o cuando es pleno día, o cuando el sol está a punto de ponerse en el horizonte».
Daniel Chamovitz
Identifican fuentes de luz
Uno de los primeros en investigar si las plantas pueden percibir la presencia de luz fue el famoso naturalista británico Charles Darwin y su hijo Francis.
En sus experimentos, documentados en el libro El Poder del Movimiento en las Plantas publicado en 1880, los Darwin observaron que casi todo tipo de plántulas se inclinaban hacia la luz por tenue que fuera.
Igualmente, vieron que esto solo ocurría cuando la punta del brote estaba expuesto a la luz, lo que les llevó a evidenciar que la parte superior de la planta detectaba la luz y enviaba una señal a la parte inferior para que creciera en esa dirección.
Cuentan las horas luz
En 1918, dos científicos norteamericanos estudiaron la planta de tabaco Maryland Mammoth para entender su crecimiento continuo (llegando a cuatro metros de altura y producir más de 100 hojas).
Sus investigaciones revelaron que las plantas pueden registrar la cantidad de luz que reciben, entendiendo los largos días de verano como señal para seguir creciendo.
Descubrieron además que existen plantas que florecen cuando los días son largos (las iris por ejemplo) o cuando estos se acortan (los crisantemos). Este entendimiento llamado fotoperiodicidad revolucionó la comprensión de cómo las plantas sincronizan su ciclo de vida con las estaciones y tuvo un impacto significativo en la agricultura.
Recordar la última luz vista
Entre 1940 y 1950, otras investigaciones del Departamento de Agricultura de EEUU permitieron entender que la floración de las plantas puede ser manipulada si estas son iluminadas con luz (roja) durante la noche, técnica que sigue siendo utilizada extensamente en cultivos comerciales de flores.
Curiosamente, si las plantas son expuestas a luz similar a la del atardecer (llamada far red light en inglés) posteriormente, se inhibe este impulso de floración. Este hallazgo permitió entender que las plantas «recuerdan» la última luz que «ven», lo que influye en las instrucciones que transmiten de crecimiento (que incluye buscar ubicaciones con más luz) o floración.
Los ojos de las Plantas
En los años 80, estudios en los Países Bajos identificaron que las plantas poseen al menos 11 tipos de fotoreceptores, superando los 4 que tienen los humanos.
Estos fotoreceptores envían información detallada sobre la luz, ayudando en procesos como la germinación y el crecimiento.
El estudio continuo de la «visión» en las plantas promete avances significativos. A futuro, podría llevar a desarrollos en biotecnología que permitan maximizar el rendimiento de cultivos en diversas condiciones climáticas, lo cual será esencial en un mundo con recursos cada vez más limitados.
Lea este artículo si sospecha que sus plantas están recibiendo muy poca luz.