El cactus San Pedro, científicamente Equinopsis pachanoi, o Trichocereus pachanoi, puede estar creciendo en su jardín o terraza sin que usted sepa que fue un importante elemento religioso en la cultura inca antes de la llegada de los españoles a sus tierras.
Este cactus andino, llamado wachuma o achuma, no solo es reconocido por ser una planta imponente (puede llegar hasta 7 metros de altura) con una floración nocturna, sino también por su papel en ceremonias espirituales y rituales de sanación.
De acuerdo a Arqueología del Perú, «la achuma era utilizada por las elites gobernantes en Cuzco, Potosí, Cajatambo y otros sitios, donde los principales curacas y caciques la consumían como una bebida sacramental, con grandes ceremonias y cantos, para los fines de “adivinar” y tomar decisiones. El poder impuesto por los conquistadores no logró extirpar este uso ancestral de la achuma, sin embargo provocó cambios en su carácter original como se refleja en el nuevo nombre que adquirió la planta (San Pedro, el que sostiene las llaves del cielo)».
Un cactus psicodélico común en la jardinería
El cactus San Pedro logró sobrevivir la Colonia y sigue siendo utilizado ante todo como planta ornamental ya que su capacidad para adaptarse a diversos climas lo hace popular en jardines de todo el mundo, desde Sudamérica hasta el Mediterráneo.
Este cactus es un excelente complemento en jardines xerófilos y suculentos, ya que aporta un elemento vertical atractivo y resistente. Tiene un color verde azulado y produce vistosas flores en la punta de su tallo que florecen de noche.
Adicionalmente, al ser de origen andino, este cactus tolera temperaturas menos cálidas que otros de su género.
En algunas regiones, particularmente en Perú, sigue siendo utilizado en ceremonias espirituales, aunque hoy estos son contextos más terapéuticos.
Esta planta contiene «mescalina y otros derivados de la feniletilamina con propiedades alucinógenas«, pero no hay riesgo de intoxicarse al manipularlo en su jardín.
Cuidados y recomendaciones para el cultivo del San Pedro
1. Ubicación y luz
El cactus San Pedro prospera en lugares soleados. Es vital proporcionarle al menos 6 horas de luz solar directa al día. Si se cultiva en interiores, asegúrese de ubicarlo cerca de una ventana luminosa.
2. Suelo
Como todo cactus, esta especie prefiere suelos bien drenados para evitar exceso de humedad en las raíces. Un sustrato especial para cactus y suculentas, compuesto por arena gruesa y perlita, es ideal para evitar el encharcamiento.
3. Riego
Riegue el cactus cuando la capa superior del suelo esté seca. Si vive en una región con invierno, su crecimiento se reduce y por ende necesita poco riego.
4. Temperatura
Es un cactus resistente que puede soportar temperaturas bajas, pero es recomendable protegerlo de heladas extremas ya que su origen es ecuatorial. Lo mejor es mantenerlo en un lugar donde la temperatura no baje de los 10°C.
5. Fertilización
El San Pedro requieren poco abono, pero puede usar un fertilizante específico para cactus (que tiene menor concentración de NPK) cada 6 a 8 semanas para promover un crecimiento saludable.
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Una planta con una historia singular
El San Pedro es un cactus particular, que trae una historia ancestral que vale la pena conocer y un atractivo que se adapta a los jardines de bajos recursos hídrico que son esenciales en la jardinería contemporánea.
El San Pedro es una joya botánica andina que merece un lugar especial en cualquier colección de plantas y que le exigirá poco para prosperar en su jardín o terraza.
Nota: De acuerdo a Michael Pollan, autor de Cambiar tu Mente, no se sabe mucho de la taxonomía de esta planta y existen otras especies e híbridos que también son consideradas San Pedro (como el Trichocereus bridgesii, el T. macrogonus y el T. peruvianus) .