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Palmas Nativas de América: 10 Especies Esenciales del Continente

América es la región con más géneros de palmas del mundo y acá encontrará 10 especies que son especialmente interesantes.
Palmas americanas

Asociamos las palmas automáticamente con lo exótico, lo tropical y en muchos países (como Colombia) estas plantas son símbolos nacionales.

Su altura, sus hojas y su tronco nos hacen creer que son árboles, pero no lo son. Sus ramas se llaman frondes y lo que creemos es su tronco es una estípite (un tallo).

La palma de coco y la palma datilera son probablemente las dos especies más famosas de esta gigante familia del mundo vegetal. Sin embargo, y de acuerdo a la biblia de estas plantas Genera Palmarum (Dransfield et al, 2008), existen a hoy 252 géneros y 2.520 especies reconocidas, lo que hace de esta una de las familias botánicas más grandes del mundo.

Todas las palmas pertenecen a la familia Arecaceae y juegan un papel vital en los ecosistemas tropicales y subtropicales. Las palmas son muy diversas ya que pueden ser arbustivas, arbóreas y hasta lianas.

En el continente americano encontrará palmeras desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de Argentina adaptadas en su mayoría a climas húmedos tropicales, pero también a gusto en algunos entornos desérticos.

De acuerdo al mencionado texto Genera Palmarum, la región americana registra 65 géneros y 730 especies de palmas, quedando como la primera en materia de géneros de palmas y la segunda en especies a nivel global (el Sudeste Asiático tiene 992 especies).

Este artículo busca dar una mirada inicial al extenso mundo de las palmas nativas de América, basándose en estudios recientes como Usos de las Palmas en Latinoamérica (2023), y otros, para explorar diez especies que no solo tienen un atractivo estético, sino que también sostienen importantes funciones ecológicas, sociales y económicas.

Palmas americanas que necesitamos conocer más

Morichal en medio de las sabanas que se forman en Colombia y Venezuela. Foto: Núcleo Palmero Aceites Morichal S.A.S.

Mauritia flexuosa (Palma de moriche, burití, cananguche, aguaje)

La Mauritia flexuosa, conocida bajo muchos nombres comunes, es una palma icónica de las regiones de influencia del Amazonas y el Orinoco. Esta planta que crece entre 20 a 35 metros de alto, está presente y es altamente valorada por comunidades indígenas en Venezuela, Brasil, Colombia, y Perú.

Sus frutos son consumidos frescos, se procesan para elaborar productos como aceite, jugos, vinos, y hasta helados. Sus hojas son usadas como techo y sus fibras son utilizadas en la producción de cestas, hamacas, y artesanías.

La importancia de la Mauritia se resume en esta cita de Leonor Valenzuela de WCS Colombia en un artículo: “Las palmas de moriche están asociadas a cuerpos de agua. En la Orinoquía, donde el agua es un bien muy escaso, los morichales ayudan a la creación de los ríos de sabana, a que se generen pequeñas quebradas que luego van llegando a los ríos y alimentan sus caudales. La palma de moriche tiene muchas funciones ecológicas y servicios ecosistémicos para los humanos”.

Palma de cera
Un valle de palmas de cera en Colombia. Foto: Pixabay

Ceroxylon quindiuense (Palma de cera)

La Ceroxylon quindiuense, o palma de cera, se destaca por ser la palma más alta del mundo, alcanzando alturas de hasta 60 metros o más. Su crecimiento es sumamente lento 20 a 40cms anuales, por lo que requiere décadas para llegar a su tamaño máximo.

Este gigante arbóreo, que es nativo de las montañas andinas de Colombia (crece hasta alturas de 3.000 msnm), se caracteriza por sus troncos delgados y lisos cubiertos de una capa cerosa brillante que le da su nombre. Por décadas, sus ramas fueron usadas en las procesiones de Semana Santa y sus estípites convertida en velas y fósforos, llegando a poner en riesgo esta especie.

Por su imponente tamaño y longevidad, la palma de cera es un símbolo nacional de Colombia, siendo sembrada tanto en espacios rurales como rurales.

De acuerdo a estudios, como los que realiza el Instituto Humboldt, «la palma de cera del Quindío es una especie En Peligro (EN) de extinción debido a que gran parte de su hábitat ha sido altamente transformado y reducido principalmente por la expansión de la frontera agropecuaria». 

La palma real es muy común en jardines tropicales. Foto:Wikimedia cominos

Roystonea regia (Palma real o de Cuba)

La Roystonea regia, comúnmente conocida como palma real, es originaria de las regiones tropicales del Caribe, particularmente en Cuba donde cuatro especies son endémicas de la isla.

Conocida por su majestuoso tronco liso grisáceo que se eleva a grandes alturas (30 metros) y un frondoso penacho de hojas largas y plumosas, esta palma es una elección popular en paisajismo urbano y rural en zonas cálidas.

Además, la palma real es apreciada por su capacidad para resistir condiciones climáticas adversas (particularmente a vientos y salinidad), y sus frutos (palmiches) pueden ser usados para alimentar al ganado.

La Bactris gasipaes produce muchísimos frutos consumidos en numerosos países latinoamericanos. Foto: Pixabay

Bactris gasipaes (Pejibaye, Pupuya, Chontaduro)

Nativa de la región amazónica, esta palma hoy se encuentra cultivada desde México hasta Brasil principalmente por su fruto comestible, el pejibaye o chontaduro. Este se consume fresco o cocido de diversas formas y es hasta considerado afrodisíaco en algunas regiones.

La Bactris gasipaes desempeña un papel importante en la economía y la cultura de diversas comunidades latinoamericanas evidenciado en la gran cantidad de nombres comunes que tiene esta palma. Su fruto, es altamente nutritivo y constituye una fuente rica en carbohidratos, proteínas y vitaminas, haciéndolo indispensable en la dieta local.

Además del valor alimenticio su fruto, los troncos de esta palma son aprovechados para obtener palmitos y también utilizados en la construcción por su durabilidad. Las hojas también encuentran usos múltiples, desde la creación de techos hasta la elaboración de artesanías.

Por sus espinas, los frutos de la palma de corozo son cosechados con quemas. Foto: Santiago Mailhos.

Bactris guineensis (Palma de corozo, latapíritugüiscoyol o uvita)

La Bactris guineensis, conocida comúnmente en Colombia como palma de corozo, prospera en los trópicos de América Central y del Sur, particularmente desde El Salvador hasta Venezuela.

Se caracteriza por sus esbeltos troncos de máximo 5 metros de altura cubiertos de espinas. Sus racimos de pequeños frutos oscuros son utilizados para hacer jaleas, bebidas refrescantes y alcohólicas. Sus troncos puede ser utilizados para la construcción, pero también son convertidos en instrumentos (guacharacas y flautas de millo) en Colombia.

Aunque no es cultivada formalmente, la Bactris guineensis podría convertirse en un producto comercial en tierras costeras deforestadas, ya que puede crecer en tierras degradadas por ganadería. En Colombia se han venido implementando proyectos a pequeña escala para este fin.

Una palma chilena en el Parque La Campana (Valparaíso). Foto: Carlos E. Valdivia

Jubaea chilensis (Palma chilena)

Conocida por su impresionante longevidad y tamaño (llegando a medir hasta 35 metros de altura), la Jubaea chilensis o palma chilena, es una especie originaria del centro de este país suramericano, particularmente de las regiones del Valle Central.

Esta palma posee un tronco robusto y grueso que puede almacenar grandes cantidades de agua, lo que le permite sobrevivir en climas semiáridos. Sus hojas pinnadas y su imponente altura la convierten en un elemento distintivo del paisaje chileno. En la actualidad, es valorada tanto ornamentalmente como por la producción de miel de palma, un recurso dulce extraído de su savia.

A pesar de su vulnerabilidad a la explotación excesiva en su hábitat natural, la palma chilena se puede puede encontrar en parques y jardines en decenas de países.

Palma de marfil/ Tagua en Perú. Foto: Marco Grandis

Phytelephas macrocarpa (Palma de marfil, Tagua)

La Phytelephas macrocarpa, conocida popularmente como palma de marfil o tagua, se encuentra predominantemente en las selvas húmedas del noroeste de Colombia, Ecuador, y Perú.

Esta especie es especialmente reconocida por sus semillas, que se utilizan ampliamente en la artesanía debido a su semejanza al marfil. Los artesanos transforman estas semillas duras y blancas llamadas taguas en botones, joyas y otras piezas ornamentales.

La tagua no solo ofrece un recurso económico significativo para comunidades locales, sino que también contribuye a la conservación de la biodiversidad al proporcionar un medio de vida sin necesidad de talar bosques nativos.

Ilustración botánica de la palma bella de 1858. Wikimedia Commons

Chamaedorea elegans (Palma de salón, Palma bella)

Para no hablar solamente de palmas de gran tamaño, vale la pena mencionar la Chamaedorea elegans que es muy popular como planta de interiores.

Originaria de las selvas mexicanas y guatemaltecas, la palma bella o de salón no llega a medir más de 2 metros de altura y se adapta fácilmente a las condiciones de baja luz.

Además, la Chamaedorea elegans es conocida por sus propiedades purificadoras de aire, al absorber toxinas y liberar oxígeno, mejorando así la calidad del ambiente interior. Este atributo, sumado a su resistencia y belleza, refuerza su obicuidad como planta en hogares y oficinas.

Palmas de açaí en una zona poblada en la selva colombiana. Foto: Fabiana Andrea

Euterpe oleracea (Açaí, Palma de naidí)

Proveniente de las regiones húmedas de Brasil, el açaí es famoso por sus bayas ricas en antioxidantes. Su cosecha es un importante motor económico para las comunidades locales en todos los países amazónicos.

El árbol de Euterpe oleracea juega un papel crucial en la estructura del ecosistema amazónico, proporcionando hábitat y alimento para diversas especies de fauna silvestre.

La cosecha de sus frutos no requiere la tala del árbol, lo que puede generar prácticas sostenibles y ayudar a preservar el equilibrio ecológico de la región. Al crecer la demanda global por este superalimento, diversas organizaciones como The Nature Conservancy, están buscando que comunidades indígenas de la zona de influencia del Amazonas puedan cultivar esta palma de manera sostenible.

La Acrocomia aculeata tiene un alto potencial comercial. Foto: Santiago Villamil

Acrocomia aculeata (mbocayácocoyol, tamaca, nuéz del Paraguay)

La Acrocomia aculeata, conocida comúnmente como mbocayá, cocoyol, tamaca o nuez del Paraguay, es una palma prominente en las regiones tropicales y subtropicales de América Latina. Este árbol es especialmente adaptable a una vasta gama de ambientes, desde bosques húmedos hasta zonas más secas, demostrando así una notable resistencia a distintas condiciones climáticas.

Una de las características que destacan de la Acrocomia aculeata, que puede alcanzar hasta 20 metros, es la de tener un tronco cubierto de espinas prominentes, lo que le da una apariencia única.

Tanto la pulpa como las semillas de sus frutos son ricas en aceites, lo cual explica su uso tradicional en la producción de aceite comestible y cosmético. Además, estos aceites están ganando reconocimiento en la industria de biocombustibles.

Es una palma multipropósito, ya que todas sus partes tienen usos y tiene gran potencial comercial en sectores de alimentos, farmacéuticos y químicos.

América como potencia palmera por descubrir

Como lo sostiene el texto que inspiró este artículo, Usos de las Palmas en Latinoamérica, se han realizado estudios individuales de géneros y especies de palmas americanas pero poco se ha hecho por promover un conocimiento generalizado de las mismas.

Conocer las especies nativas de palmas de nuestra región no solo enriquece nuestro saber botánico, sino que también nos permite fortalecer nuestra identidad latinoamericana y preservar nuestro patrimonio natural.

Las palmas americanas representan una parte esencial de nuestros ecosistemas y culturas, y su uso ornamental como comercial sostenible pueden ser una importante fuente de ingresos para la región.

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