Si es fanática de la jardinería, probablemente ha oído hablar del Chelsea Flower Show.
Conocida como la exposición de flores y jardines más prestigiosa a nivel mundial, este evento ha cautivado las miradas de cientos de miles de personas -incluyendo la familia real británica- desde su primera edición en 1913.
Celebrado anualmente a finales de mayo en el predio del Hospital Real en el corazón de Londres, el Chelsea Flower Show atrae a unos 160.000 visitantes que buscan descubrir las últimas tendencias en jardinería, admirar plantas en plena floración y adquirir productos especializados.
En el Reino Unido, donde la jardinería es una pasión nacional, asistir al Chelsea Flower Show es considerado casi un rito de paso para los entusiastas de las plantas y el paisajismo. Es un evento tan relevante que es cubierto diariamente por el canal de la BBC con un amplio equipo de expertos.
Los numerosos expositores compiten por medallas, que pueden consolidar sus carreras por décadas.
Una Experiencia en el Chelsea Flower Show 2024
Tuve la oportunidad de asistir al Chelsea Flower Show de 2024 como parte de un tour de jardines increíble. Con expectativas formadas por los estéticos especiales anuales de la BBC (que se pueden encontrar en Youtube), me encontré con una realidad que contrastó fuertemente con mis ilusiones.
Fuimos en una fecha reservada solamente para miembros de la RHS (Sociedad Hortícola Real) que sonaba bastante exclusiva, pero la cantidad de gente era abrumadora.
Lo que esperaba fuera un espacio apacible y estético fue un entorno más similar a un festival musical, donde tenía que empujar y escurrirme entre la multitud para poder apreciar los pequeños jardines de diseño, que además estaban acordonados para evitar que los visitantes los pisáramos.
Lamentablemente y como es común en Inglaterra, el clima tampoco ayudó; gran parte del tiempo estuve bajo un paraguas.
Sin embargo, me fui acostumbrando a las entusiastas hordas y decidí sumarme a su aparente dicha de estar apretujadas y haciendo fila. La calidad de las plantas y la de jardines no permitían ser ignorados o peor desaprovechados.
Pude ver la mayoría de los 29 jardines y balcones construidos. Aunque son sembrados para una exhibición de solo 5 días con construcciones temporales, estos espacios parecen llevar años de existencia. Todos, felizmente, son posteriormente trasladados a embellecer a organizaciones sin ánimo de lucro.
Los diseños de Robert Myers, Tom Stuart-Smith, Guilio Giorgi y el balcón de helechos arbóreos de Mike McMahon me gustaron particularmente.
Las 112 exhibiciones del Gran Pabellón, al cuál dedicamos varias horas gracias a la lluvia, fueron impecables. Incluían desde montículos llenos de proteas surafricanas, millones de rosas, instalaciones naturalistas bajo techo, arreglos florales surreales y todo tipo de plantas que una persona obsesionada por la jardinería puede desear.
El inmenso esfuerzo de los diseñadores, constructores y viveros para mostrar cada planta en su mejor momento es, sin duda, admirable. Esto por sí solo amerita conocer el Chelsea Flower Show aunque la experiencia no sea similar a una apacible caminata por un jardín botánico.
No sobra señalar que visitar el Chelsea Flower Show no es gratis o barato. Los boletos de entrada oscilan entre USD150 y 168 por persona, sin contar los gastos adicionales dentro de la exposición.
¿Vale la Pena?
La pregunta clave es si realmente vale la pena asistir. En mi opinión, y tras reflexionar sobre la experiencia vivida, ir a Chelsea Flower Show amerita el esfuerzo dependiendo de su grado de afición por la jardinería y si considera esencial haber visto esta exposición con sus propios ojos.
En conclusión, aunque el Chelsea Flower Show a ratos parece más un festival musical (estilo Lollapalooza) debido a las multitudes y la abrumadora oferta comercial (163 stands de productos), si ofrece una mirada impresionante al mundo de la jardinería y las plantas.
Si busca una experiencia más relajada, quizás sea recomendable ver los especiales de la BBC o considerar otras exposiciones británicas menos afamadas en espacios más grandes como lo es el Hampton Court Palace Garden Festival.
En mi caso personal habiendo conocido Chelsea, no creo que repetiré. Particularmente, porque tengo mis ojos puestos en otras grandes exposiciones florales -como lo es la de Philadelphia o la de Singapur- que en algún momento de la vida quiero visitar.
Por el momento, tendré en el radar por fin ir la próxima Feria de las Flores de Medellín que se celebra todos los años en el mes de agosto.